Los nuevos actores del proceso

Desde nuestra infancia, hemos aprendido qué elementos son necesarios para una buena comunicación. Aprendimos qué el emisor, receptor y el canal como base, son indispensables para la transmisión del mensaje.

Eruditos en comunicaciones, han definido estos roles de diferentes formas. El modelo de comunicación de Laswell en 1948, nos presenta un paradigma de comunicación masiva en el cual el emisor tiene total control sobre la reacción del receptor quien juega un papel pasivo al únicamente recibir un mensaje. Estos paradigmas cambiaron con la llegada del internet, el cual ha provisto de múltiples herramientas al receptor.

En primer lugar, el rol del receptor en el que se dedicaba a recibir y asimilar el mensaje, nos resulta desconcertante en una época en la que tanto el receptor como el emisor se dedican a producir contenido relevante para su publicación en redes sociales. El receptor juega un rol más determinante teniendo en cuenta que solo necesita de un celular e internet para 'postear' un acontecimiento en la gran nube. Además estas publicaciones las hace en tiempo real de manera que tienen gran difusión y llegada al público digital.

Siendo el internet una plataforma y no un canal tradicional, los receptores se convierten a su vez en emisores, quienes tendrán un público cautivo dependiendo de qué tan 'digno' sea para compartir. Esto quiere decir, qué tanta afinidad tenga la publicación con el público. En lenguaje 2.0, cuántas herramientas utilizó para poder hacer su publicación más amigable a los internautas. Para eso se utilizan las transmisiones en vivo, las encuestas en tiempo real, los hashtag, videos e imagenes que hacen una publicación más completa.

Finalmente, los nuevos receptores, emiten sus propias perspectivas y exponen sus propios gustos a través de blogs o cuentas en redes sociales. De manera que crean su propia agenda setting que muchas veces repercute en los medio de comunicación tradicionales, gracias a la rapidez y complejidad de la información en internet.

Los nuevos actores del proceso comunicativo, no solo reaccionan a lo publicado por las cuentas de medios tradicionales, sino que interactúan y son los responsables de que esas publicaciones, a su vez, lleguen a más gente. Es un ciclo, una retroalimentación entre creadores de contenido que ahora ya no tienen etiquetas de emisor y receptor, sino que los roles rotan constantemente.

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