El noticiero del espectáculo
- Rosa Isabel Nuñez Carranza
- 14 oct 2019
- 2 Min. de lectura
Los noticieros han ido evolucionando junto con la sociedad. Se convierten cada día a lo que los espectadores prefieren. Incumpliendo su rol educacional e informativo. Y rindiéndose ante el raiting que domina los programas de la señal abierta, ya que dependen de ello.
América (canal 4) y su Primera Edición de noticias tiene esta característica. Y obvia casi por completo los temas de coyuntura, como lo es la reciente disolución del congreso. Reduciéndolos a simple titulares y notas informativas.
Los policiales abarcan mayor tiempo al aire. Se definen, describen y ceden el tiempo del programa a transmitir videos de accidentes, robos al paso, y familiares de víctimas llorando; una y otra vez. Además de los inefable reporteros y especuladores de la noticia. Quienes con su segunda carrera empírica de detectives, intentan adivinar cuál y cómo fue el hecho. Los comentaristas tienen otro papel importante en cuanto algo que no se debe hacer con un programa informativo. Resaltando y exagerando cada nota. Haciendo apología a la prensa sensacionalista. Faltando a la objetividad, formalidad y respeto que debe tener una nota sobre muertos o heridos.
Información sobre la crisis política en la que se encuentra el país se ve opacada por el segmento de ‘virales’ los cuales son sacados de las redes sociales para darle un contexto de conectividad y actualización del programa. Únicamente avisos de última hora o ‘tweets’ que generan controversia son publicados como ‘asunto político’ en el presunto noticiero de las 5 am.
Se necesitan más programas que mantengan los principios elementales del periodismo e informen completamente a los espectadores. Programas que requieran un público más entendido y que motive al consumidor a incrementar su nivel cultural y no al revés, alimentando el morbo y la violencia.
América Primera Edición necesita un reajuste de misión y visión. Y sus productores entender que hay temas más relevantes que una escalera o techo en mal estado de un centro comercial en China, como presentan en su sección ‘’Mundo’’. Sus comentaristas dejar de dramatizar y agrandar cada noticia y sus reporteros entender que quizá se equivocaron de carrera.

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